miércoles, 22 de agosto de 2012

EL ESPÍRITU Y LA INMORTALIDAD


Tu cuerpo físico es una carcasa desechable, ¡Vas a morir pronto!
En el interior de la crisálida guarda a la mariposa que ansía liberarse y extender sus alas.
El espíritu del ser interior necesita liberarse de su crisálida que es el cuerpo físico, para ello hay que desarrollarse y extender sus alas más allá de la realidad ordinaria, porque es a través del ser físico cómo el espíritu desarrolla sus alas.
El cuerpo físico es el instrumento que permite crear el ser espiritual, pero no hay inmortalidad en el cuerpo físico así como la mariposa abandona su crisálida el espíritu liberado abandona su cuerpo físico humano. El cuerpo físico no es inmortal, es una carcasa desechable y temporal, cuya función es el desarrollo del ser espiritual. No podemos apegarnos al cuerpo físico de la misma forma que el gusano de la mariposa no puede apegarse a su crisálida.
Hay que desprenderse del cuerpo físico y de sus sensaciones cuando el "ser con alas" que es el espíritu está desarrollado.
El cuerpo físico es un vehículo para la eternidad, si bien la mayoría de los seres humanos lo desaprovechan y lo echan a perder apegándose a sus sensaciones y a su estado larval degradándose y arrastrándose morbidamente en estados demoníacos, no llegando a desarrollar sus capacidades latentes, son débiles, larvas latentes, carcasas carentes de espíritu, de esta forma quedan atrapados desastrosamente en la corriente del carma mientras la muerte burlona los arrastra a la degradación y al espanto.
Tu cuerpo físico tiene la clave, fortalécelo, enderésalo, verticalízalo, "hazlo victorioso sobre la muerte".

                                            ¡El espíritu vence a la muerte!.

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